sábado, 19 de septiembre de 2015

Toma de decisiones

Cada día que pasa me cuesta más y más tomar decisiones. Cada día que pasa me cuesta más aceptar los cambios.

El sábado pasado acudí a mi óptica para graduarme la vista y encargar unas nuevas gafas. Para desgracia mía, ya no fabrican el modelo de montura de mis gafas actuales. Hubiera sido el hombre más feliz de la tierra, habría dado saltos de alegría, no tendría que cambiar el modelo ni elegir uno nuevo, habría encargado la misma montura, y no hubiera pasado lo que relato a continuación.

Me he quedado sorprendido de lo mucho que me ha costado elegir una nueva montura, no recuerdo que hace 6 años me costara tanto elegir la montura actual. Volví loco al dependiente probando una montura tras otra buscando obsesivamente la más parecida posible a la que tengo actualmente. Sentía la necesidad de que la nueva montura tenía que ser exactamente igual a la actual, como un yonqui con síndrome de abstinencia.

Al final no encontré una que fuera exactamente igual, es parecida. Y el que no fuera exactamente igual me ha revuelto el estómago durante varios días. ¿Porqué no podían haber seguido fabricando el mismo modelo?